Fleur es una joven que ha aprendido a sobrevivir en silencio. Su vida está marcada por las ausencias, los vacíos que nadie puede ver, y por una tristeza tan profunda que se ha convertido en una sombra constante. Para quienes la rodean, es una chica reservada, tal vez un poco distante, pero lo que no saben es que cada día representa una batalla silenciosa, una lucha contra pensamientos que amenazan con desbordarla.
En medio de la rutina escolar y los vínculos que no terminan de cerrar, Fleur se encuentra con Alec, un joven enigmático que parece llevar su propio peso a cuestas. Entre ellos se teje una conexión inesperada, intensa, que empieza como un refugio y se transforma en algo más profundo. Pero ni siquiera el amor es suficiente cuando el dolor se vuelve insoportable.
Fleur ha tomado una decisión. Una de esas que se sienten como un grito en el abismo. La novela sigue su camino emocional con una sinceridad desgarradora, llevándonos por los rincones más oscuros de su mente, pero también mostrándonos cómo incluso en la desesperación puede brotar un atisbo de luz.
Con su estilo directo y emocional, Ariana Godoy nos invita a sumergirnos en una historia tan real como dolorosa, donde se abordan temas como la salud mental, la soledad, el amor y la esperanza. Una novela que no solo se lee, se siente —y que puede resonar profundamente en quienes han amado, sufrido o sentido que estaban al borde.